domingo, 30 de septiembre de 2007

Cuerpos

Creo que, a través de varios de mis posts, he contado que los azares, para mí, no son meras casualidades, sino que establecen una cadena causal que anuncia y explica muchos sucesos. Sólo hay que estar atentos.
Lo que sucedió ayer no fue específicamente una cadena causal, pero sí una simultaneidad con alto valor heurístico (¡opa, opa!).
A media tarde, asistí a la pregonada exposición "Bodies: the exhibition". Fiambres siliconados y fileteados con maestría y sin demasiada gracia. Una muestra para estudiantes de medicina, en la que había sólo algunos destellos que llamaban la atención. Lo único que espero es que, aunque sea la mitad de la gente que desestimó su tarde al sol por pagar una entrada cara para ver piezas de anatomía, asista una vez (sólo una vez) a un museo de ciencia durante el año, pero que avisen así no voy yo ese mismo día. ¿Por qué? Lean estos comentarios:

Tipo de muestra: cerebro diseccionado con hemorragia.
Origen: China.
Mujer con la nariz apoyada en la vitrina: ay... ¿qué es eso negro que tiene el cerebro? ¿La sangre? Parece sangre, ¿no?

Tipo de muestra: tórax de chino fumador, en el que se pueden ver sus pulmones ennegrecidos.
Origen: ídem anterior.
Adolescente con tres kilos de delineador, que pasea junto con su madre: uy, mirá que copado eso... ¡qué divertido!
Madre: sí, son los pulmones negros de alguien que fumó, ¿viste?.
Adolescente: sí, por eso, ¡qué copado!

En el próximo post, el segundo suceso que completa la simultaneidad extraña del sábado 29. Ahora tengo que seguir trabajando un poco.

Atino

Al abrir la puerta de la gerencia, encristalada de vidrios japoneses, Erdosain quiso retroceder; comprendió que estaba perdido, pero ya era tarde.
Los siete locos, Roberto Arlt.

¿Ya conté que las primeras dos líneas de un libro me resultan cruciales?
Bueno, este comienzo es fabuloso.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Complacencia

(Pareja caminando en contra de mi sentido de desplazamiento, que discute y pasea su perro simultáneamente).
(Ella) —Ya te dije que no, que no y que no. Que eso no me gustaba.
(Él) —¿Qué cosa no te gustaba?
(Ella) —Eso que ya sabés.

Las chicas deberían guardarse sus omisiones enigmáticas para cuando realmente haga falta. Si no, los escuchadores espontáneos como yo se pueden hacer una película XXX de la negativa (tal como sucedió en mi caso) y disparar su imaginación sobre los modos en que continuó esa charla. Aunque, por la expresión de hastío durativo de la chica, bien podría haberse referido a su disgusto por comer milanesas fritas cuando ella las prefiere al horno.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Desierto

La percepción clara de que la organización doméstica se encuentra a la deriva surge cuando hay que cortar el pomo de dentífrico (exprimidísimo) por la mitad y escarbar en su interior, con el fin de encontrar un poco, sólo un poco, de pasta dental.
Hoy es el día de las compras generales y del enfrentamiento devastador (porque siempre se pierde, eso está claro) con las cifras ilusorias de la inflación nacional.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Balance

- Perdí un teléfono celular por tercera vez en 1 año y medio: - (que a veces se transforma en +: la ubicuidad tiene un elevado componente de exasperación).
- Descubrí que el pulóver de pelo de llama tiene una extraordinaria aceptación entre los estudiantes de ciencias exactas: + (el tejido autóctono es coherente con la especialidad).
- En el colectivo, presencié una conversación de niñitas de 4 años que confirmaron que sí, las mujeres en grupo tienden a desarrollar un componente competitivo del más insoportable: sólo con una firme decisión pueden, cuando grandes, controlar este rasgo que aparece en forma tan temprana: - (espero haber superado esa instancia y ayudar a las mujercitas cercanas como mi prima a moderarse también).
- Jamás se animaría a decirlo, pero la profesora que dicta el curso de artículos científicos presiente que yo, estudiante de ciencias sociales, estoy sobrando en el taller, puesto que los trabajos encargados no encajan muy bien con mi disciplina: - (pero también + porque yo considero lo mismo. No obstante, no capitularé y jugaré a ser el sapo de otro pozo, lo que no les resultará tan raro: de batracios y de ratas conocen bastante).
- Estoy decidida a regalarme una retirada magistral en el mes de octubre: + (octubre siempre ha sido un mes de quiebre para mí, en todos los años de mi vida. Será porque es el anterior al cambio de año biológico, es decir, el mes previo a mi cumpleaños).
-Otra vez estoy trabajando después de la medianoche: - (pero es una opción cada vez menos frecuente).
- Decidí dejar de atormentarme por las entregas y las carreras contra el tiempo: + (pero cuidado).
Resultado: -/+, +, -, -/+, +, -, +.
Es decir, dos -/+ que se anulan; dos -; y 3 +.
Hey!!!!!! No todo es tan terrible. Octubre siempre hace que la conclusión sea auspiciosa.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Pugilismo

Me encuentro experimentando una sutil tendencia al cachetazo discursivo, cuyo origen se encuentra en la decisión definida, en términos coloquiales y/o vulgares, como "no querer bancarse ninguna más". En esta fase bélica he descubierto facetas insospechadas de mi ser que tienen menos paciencia que las que ya conocía y usaba en forma habitual.
Mi cuadro anímico, en la actualidad, me permite:
- enviar las demandas excesivas (junto con sus autores) a la dimensión desconocida;
- reírme bastante de algunas cosas que antes me causaban problemas;
- utilizar la ironía o la franca sinceridad para comentar ciertas opiniones que, lo sé desde el momento de decirlas, no serán bien recibidas del todo.

Aunque sé que tendré que controlar este tipo de actitudes —que en mí pueden ir in crescendo y causar insoportabilidad a corto plazo—, la verdad es que no se siente tan mal dejar de responder siempre con efectividad y complacencia. Quién sabe, tal vez tenga que ir a cantarle las 40 al dueño-cajero de la panadería y hasta me regale algún budín gratis.

sábado, 15 de septiembre de 2007

GramáticaPsi

Siguiendo con la perspectiva psi que caracterizó la entrada anterior, voy a transcribirles en forma literal un aviso que, sencillamente, es maravilloso:

ASTROLOGA ESPIRITISTA PROFESORA CAMILA
le va ha ayudar a solucionar sus problemas amorosos - salud que la medicina no a solucionado - perturbaciones espirituales problemas sexuales ambos sexos - problema con la justicia - abertura de camino en su negocio - consultas espirituales atraves del tarot - cartas astrales e caracoles africanos no diga nada la señora Camila le va ha develar todo - traigo de vuelta a su pareja en 3 dias GARANTIZADO todos los trabajos espirituales son garantizado .
Atencion al publico todo los dias incluso sábados, domingos y feriados de hs. 9.00 a 22.00.

Espero que no solucione "lo problema" escribiendo cartas o documentos. En el fondo, su elección es casi sabia, pues trata problemas médicos y judiciales y, la verdad, no quisiera ver un expediente o una receta escrita así. Mejor recurrir a la parapsicología, y que la gramática la dicte el cosmos.
De todos modos, me fascina: para cometer faltas de ortografía originales (que vayan más allá de las tildes y de las V/B o de las S/C) hay que tener un talento especial y una aptitud para la alternativa lingüística considerables, o bien una impermeabilidad escolar a toda prueba.
Sin embargo, si tuviera la clarividencia que publicita, tal vez podría adivinar el modo correcto de escribir. Mmmmmhhhh...

viernes, 14 de septiembre de 2007

Parapsicología

Estoy atravesando etapas de agotamiento mental que me impiden escribir algo que valga la pena. Sólo voy a transcribir esta conversación y, tal vez, a través de su lectura entiendan el porqué de mi bloqueo. Fuerzas extrañas increíbles me llevan a estados de ánimo insoportables.

—Hola, ¿Laura?
—Sí.
—Ah, qué tal, habíamos quedado en encontrarnos ayer a las 20,30 para que me dieras los casetes y, así, poder pagarte la desgrabación.
—Sí, claro. Estuve desde las 20,30 hasta las 21,25 y me fui. Te dejé un mensaje en el contestador, ¿lo escuchaste?
—Ah, no, no revisé los mensajes.
—Bueno, si querés borralo sin escucharlo, porque es un poco contundente.
—Lo que pasa es que un amigo fue ayer a encontrarte, y me dijo que no fuiste.
—¿Cómo que no fui? Sí, fui, y estuve casi una hora, ¿fue un amigo tuyo? ¿Por qué no me avisaste?
—Yo pensé que él iba a preguntar si alguna de las chicas que estaba por ahí era Laura... ¿No lo hizo?
—Ehhh... no. Y yo te buscaba a vos, no sabía que venía un amigo tuyo. Ahora que me acuerdo, un pibe estuvo al lado mío todo el tiempo, pero jamás podría imaginar que venía de parte tuya.
—Ahhh, sí, era mi amigo. Lo que pasa es que yo me fui a la cancha, a ver un partido de fútbol, y como no llegaba a tiempo para encontrarte, le pedí que fuese él. Qué tonto, no preguntó si vos eras Laura. Y bué... es un tarado, mirá que le dije cómo eras, más o menos, yo no sé por qué no preguntó...


Para ser redactora, no sólo hay que escribir más o menos bien: también hay que practicar el arte de la adivinación.

Invitados

Estimados invitados: siguiendo con los intercambios y retribuciones internetianas les sugiero pasar virtualmente (cómo, si no) por aquí, y agendar los ofrecimientos que allí encuentren. Estoy segura de que les será de mucha utilidad en el futuro más o menos cercano.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

MalaEducación

Kids y Bully, dos films de Larry Clark, son considerados (el primero más que el segundo) como modelos de relatos de chicos anómicos, como los que viven en cualquier sociedad occidental: descuidados, con dinero y con tristeza, suelen planear cosas que les salen mal y pagan muy caro por ello. En algunas ocasiones, dejan la salud y la vida; otras veces, la libertad y también la vida (gracias a la pena de muerte). En esta clasificación también ingresa Trainspotting, aunque sea mejor que las dos anteriores.
Cuando Kids se publicitaba como la película que, por fin, iba a dar voz a la nueva generación descarriada de adolescentes, yo tenía 16 años, más o menos. Pocos meses después, miré ese film como si de verdad pudiera decir algo más que otras historias de jóvenes políticamente incorrectos. Y, para mi edad, había resultado convincente.
Hace pocas semanas miré Bully. Hace 9 años que no tengo 16, y me llevé una sorpresa inquietante. La estructura del argumento es la misma: chicos que se portan mal, divididos en dos bandas. Uno de ellos perjudica gravemente a una chica del bando contrario —no voy a decir cómo— y el grupo damnificado decide hacer justicia por mano propia, con sus propias reglas de juego. El desenlace es altamente legal: la policía los descubre, ellos no pueden elaborar una mínima coartada, el juicio los aplasta y se van a la carcél para siempre, o por pocas semanas, hasta que mueren en la silla eléctrica o con otros métodos centenarios.
La película, la verdad, no es buena. Pero ese no sería el mayor problema.
Me quedé pensando en esa supuesta moda alternativa que contaba lo que otros films callaban... Porque, al final, lo que esas historias nos decían a adolescentes como yo era: "Si tu conducta es mala, la ley (biológica o humana) te caerá encima de manera implacable, a través el HIV o de la cárcel, sin que puedas articular ni una palabra ni una huida. Te tendremos cercado de todos modos, no importa cuan raro seas: ten en cuenta que de la sanción nunca se escapa". Una especie de castigo inefable, que no da cuenta de nada demasiado novedoso ni en el cine, ni en la política, ni en las ideologías policíacas y conservadoras.
¡Imagínense si los que ahora tenemos 20 y pico, 30, consumimos esas películas "independientes" y resulta que nos alimentamos culturalmente con comida podrida! Tantos años esquivando la tentación de Los bañeros más locos del mundo y su increíble saga, para darme cuenta de que todo es más o menos lo mismo. Qué decepción.

martes, 11 de septiembre de 2007

Modernidad

Hay que cambiarle ya la cara a este blog. Basta de posts tristes (y basta de tristezas).
Haré un intervalo con este fragmento tan delirante:

—Sabéis, los grillos y las cadenas tienen funciones en la vida moderna que jamás debieron imaginar sus febriles inventores en una época más simple y antigua. Si yo fuera un constructor de casas lujosas, instalaría por lo menos un equipo de cadenas, fijadas en las paredes de todas las nuevas casas amarillas de ladrillo tipo rancho y de todos los chalets duplex de Cabo Cod. Cuando los residentes se cansasen de la televisión y del ping pong o de lo que hiciesen en sus casitas, podrían encadenarse unos a otros un rato. Les encantaría a todos. Las esposas dirían: "Mi marido me encadenó anoche. Fue maravilloso. ¿Te lo ha hecho a ti tu marido, últimamente?". Los niños volverían corriendo del colegio a casa, a sus madres, que estarían esperándoles para encadenarles. Esto ayudaría a los niños a cultivar la imaginación, cosa que la televisión les veta. Y habría una reducción considerable en el índice de delincuencia juvenil. Cuando el padre volviera del trabajo, la familia unida podría agarrarle y encadenarle por ser tan imbécil como para estar trabajando todo el día para mantenerles. A los parientes viejos y revoltosos podría encadenárseles a la puerta del coche. Sólo se le soltarían las manos una vez al mes para que pudieran firmar los cheques de la seguridad social. Las cadenas y los grilletes podrían asegurar una vida mejor para todos. Tengo que conceder un espacio a esto en mis notas y apuntes.

La conjura de los necios, John Kennedy Toole.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Incasualidad

Ayer, una foto subida en forma espontánea a mi blog.
Ayer, una paloma estrellada al pie de la parada del colectivo.
Ayer, un miedo repentino a haber hecho, por anticipado, un recordatorio doloroso.

Hoy, sentirme mal todo el tiempo.
Hoy, andar a un 40% de mi energía habitual, con la cabeza hecha un bombo.
Hoy, enterarme a la tarde de que Gritón (aunque su nombre era Pompón) había muerto bajo la rueda de un auto.

La gata negra se acuesta en cualquier lado.
Yo tiro una porción de hígado que tenía un destinatario.
Una amiga me dijo, cuando alguna vez lloré por algo parecido, que también los gatos se iban al cielo. Espero que allí le hayan preparado un banquete a Gritón.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Gritón

Es blanco para nada, porque siempre está sucio.
También es flaco, desgarbado y aprendió a maullarme a los gritos cuando quiere comer, es decir, todo el tiempo.
Preocupada porque fagocitaba como una alimaña y no engordaba, le dí antiparasitarios en dosis más altas que las que se le darían a un caballo. Hasta que me enteré que su dueña (mi famosa y border vecina) quería echarlo y, por eso, cada vez que se acercaba a comer, lo sacaba a patadas de su cocina.
Así que tiré el remedio, lo adoptamos en forma no oficial, y le compré hígado a manera de celebración.
No va a dejar de ser una saraca mugrienta, pero estará contento y a salvo.
Aquí lo presento.


viernes, 7 de septiembre de 2007

Darwin

Hace dos días, mi tarde fue el punto de convergencia de varias rarezas, a saber:

1. Comencé un curso para escribir artículos científicos.
2. El curso se dicta en la Facultad de Ciencias Exactas, lo que me enfrentó a una realidad universitaria muy distinta de la que viví en Sociales. Los pizarrones de las aulas tenían inscripciones y gráficos que, estoy segura, si se reflejaban en un espejo, daban la cifra exacta para acceder al Infierno.
3. El imperialismo lingúístico se nota muy acendrado por esos lares: un porcentaje considerable de la bibliografía que leen los alumnos está en inglés. ¿Es que la misma Facultad desprecia la producción científica latinoamericana, u odia a todos los traductores del idioma anglo? Por si hiciera falta decirlo, soy una bestia sudaca en lo que respecta a tratar con ese código.
4. No había nadie, salvo esta humilde servidora, que estudiara Ciencias Sociales o Humanísticas. Es un grupo totalmente ajeno, y los ejemplos de las clases son, casi todos, relativos a biología, física, etc.
5. Cuando volvía en el colectivo 107, me entretuve viendo el amor incipiente de dos cadetes de policía, que habían acordado besarse cada 25 cuadras para no demostrar lujuria. Con el uniforme, con cara de nenes, y con apariencia de escasas luces intelectuales, me parecieron futuros monos con navaja.

Como verán, en las más diversas situaciones, me enfrenté con pensamientos sobre biología, y me siento advertida: si quiero terminar ese curso, tendré que ejercitar la más estoica supervivencia darwiniana.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

AndreaCeleste

Ah, y en contrapartida de mi entrada anterior, va esta nota al pie:
Hace algunos días, una vecina me preguntó: "¿Vos tenés mamá?".
Mi mamá hace mucho, demasiado, que no viene a casa.
Supongo que si hubiera seguido siendo buena, muy buena, no me habría mudado a una dirección a la que, para llegar desde Lanús, hay que tomarse dos colectivos como mínimo.

ChicaBuena

Desde hace algún tiempo, estoy convencidísima de una teoría personal que desarrollo en cada una de las reuniones propicias para ello. Y cada vez estoy más cerca de formar una agrupación feminista, creo, porque en la última cena con amigos, las mujeres presentes me dieron la razón.
Mi razonamiento, bah, mi convicción absoluta, es la siguiente: ser demasiado buena con los padres durante la adolescencia es una de las peores cargas para afrontar el futuro como adulta.
Por supuesto que, si alguna vez tengo un hijo (o una hija) jamás le contaría esto, pero como estoy exenta de soportar críos, sigo pensando en esto. El argumento es más que sencillo: si dejás mucho que desear cuando tenés 15 ó 16 años, el mínimo logro o gesto de docilidad que tengas después será recibido con alegría. En cambio, cuando una es muuuuuuy buena —no se lleva materias, no confronta demasiado, no volvió borracha, no contradijo más de lo vital y necesario—, cualquier decisión posterior, que involucre autonomía y uso de la libertad, siempre estará acompañada de quejas y reconvenciones paternas. Esto quiere decir que, en la adolescencia, si una es "mala" (de acuerdo con una concepción paterna) es rebelde y está aprendiendo a ser grande, pero en la adultez, si una es "mala", es una yegua desagradecida, y se creyó lo que no es. Una verdadera trampa de la familia, aunque sólo sea una de las muchas.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Picoteo

Sigo encontrando contradicciones y absurdos en el mail de mi respondedor desequilibrado.
No le contesté, y aunque envió otro mail conciliatorio, la historia se termina acá.
Sobre todo, porque este blog trata de lo que yo escribo, y no de lo que él escribe (algo que, justamente, fue el origen de los problemas).

Qué raro e irritante es cuando comprás muchas cosas en el supermercado pero, aun así, cuando querés picotear algo sin cocinar, no hay absolutamente nada. No me rindo, y algo encontraré en la alacena —una lata, un paquete de galletitas, un obsequio de mi madre cuando piensa que no quiero gastar en alimentos— que me reconforte el domingo.

Ayer vinieron a tomar mate mis vecinos, porque tantas cenas postergadas por nosotros ya estaban oliendo a rancio (junto con los ánimos). Parece que se engolosinaron, porque hoy llamaron a la ventana invitándonos a tomar más mates en la vereda. Sí, lo único que me falta es ponerme la musculosa de piqué y sentarme en una silla con el respaldo hacia delante.
La dosificación social, sana y gentil, es un valor en extinción, por lo menos en mi pasillo.

Socialista

Perdoná Laura. Por favor.
No me considero fascista. Estuve trabajando durísimo en una pastelería luego de una internación psiquiátrica post-divorcio.

Mucho de lo que llamás mi fascismo se debe a que tengo un padrastro muy duro conmigo, que fue amigo del Che y estuve en Cuba en los sesenta. Conversando con él voy recuperando sensibilidad social. Me considero un seguidor de Bernard Shaw y los fabianos, los socialistas pacíficos que creen que que el socialismo llegará gradualmente lo que actualmente está ocurriendo, entre cosas, gracias al rock.
Soy un paciente bipolar.
En ningún momento quise herirte, y tal vez tengas razón y mis escritos son bodrios, pero deseo continuar escribiendo.
Mil disculpas.
Creí que percibías que yo tenía transtornos psiquiátricos, pero estoy bien controlado.


No puedo negar que me sentí un poco mal cuando recibí esta contestación, pero también es cierto que no la entendí por completo.
Una amiga me dijo que sólo quería victimizarse, y que lo dejara tal como está.
En verdad, no me arrepiento para nada de mi mensaje original, salvo por el calificativo de "bodrio". Aunque sus textos conformaron lo más parecido a una bazofia para leer (o para abandonar la lectura para siempre), mi autoridad sobre el tema es dudosa.
Pero bueno, el placer de "cantar las 40" sucede pocas veces en el año, y celebro mi estallido, que representa y compensa muchas otras explosiones que se quedaron en el camino.
¿El socialismo de la mano del rock? Ya me parecía que Fito Paéz, Cerati y Spinetta estaban cada vez más cerca del pueblo. Eso es lo malo de mandarle a los locos una bomba por mail: que después llegan las perturbadoras respuestas.

Juego


Y cuando en la isla se escuchaba nada más que el motor del generador que da electricidad a las pocas casas que hay por ahí, entramos al cementerio, que estaba completamente oscuro y solitario, incentivados por el continuo acicateo de "vos no te vas a animar...".

El miedo típico de películas de terror reapareció con fuerza: calaba en los huesos e impedía moverse con facilidad. Tan raro se sentía, que supuse que si de verdad algún fantasma quería hacerse presente, no iba a tener fuerzas ni reacción para escaparme.

Llegamos hasta el final del camino, húmedo y con ambiente de caverna al aire libre. Desde la entrada del cementerio, la profundización de la aventura consistió en llegar hasta la otra punta, que se encontraba a quince metros, aproximadamente. No me acuerdo si logré hacerlo.

Parecía increíble, pero la disociación entre lo racional y lo fantástico se había producido; nosotros nos habíamos pasado, definitivamente, al sector de la ficción más tenebrosa.

Dicen que los turistas sacan fotos de sus lugares de vacaciones para decir "yo estuve ahí". A mí no me quedó más remedio que fotografiar a través la penumbra, para dejar un testimonio de mi hazaña inútil.