lunes, 20 de junio de 2011

Culazo

Y sí.
Habemus choque.
De la manera más destructiva para mi autoestima: en marcha atrás, golpeando a una camioneta es-ta-cio-na-da. Me fui en el anonimato más vil, luego de ver que no había ni movido la ceniza volcánica del vehículo víctima. Resultado: un faro trasero roto, chapa abollada y baúl imposible de abrir, que guarda aún una campera mojada del sábado por la tarde, cuando llegué empapada al auto, guardé el abrigo y las zapatillas ensopadas en el baúl y manejé descalza hasta casa.
La campera se pudre en la oscuridad, el auto tiene un bollo que me deprime, y el dinero que iba a destinarse a la cómoda calefacción será enviado directamente al chapista.
Un fin de semana de maravilla.

jueves, 16 de junio de 2011

Obrero

En un televisor de estación de subte, el Jefe de Gobierno Mauricio Macri remoza una fórmula expresiva que hace recordar mucho al Innombrable:
"¡A trabajar, a trabajar, a trabajar".
Mientras trataba de huir de las reminiscencias que me decían "¡A triunfar, a triunfar, a triunfar", dos señores le gritan al televisor:
Señor 1: sí, dale, ¡a trabajar te dicen a vos! Cuando te mueras vas a donar tu espalda para trasplante, ¡si nunca la usaste!
Señor 2: a éste le dicen "murciélago": no usa el lomo ni para dormir.

Dos puemas.

domingo, 12 de junio de 2011

Ring I

Tanto tiempo sin escribir en este blog, y ustedes pensaban que estaba muriendo. Pues no: todo lo contrario: algo estaba surgiendo e Insolada cuenta con otra terminación en "ada" además de "tarada": "embarazada". Ergo, a las crónicas de conducción nefasta por la ciudad de Buenos Aires se agregarán las innumerables peripecias a bordo de la gestación, y en este primer post de regreso quisiera abordar la lista de contrincantes que una embarazada inexperta suele tener en su camino bizarro hacia la maternidad. El primero es, sin duda, el obstetra: un personaje que aparece en todas las instancias de la sitcom con participaciones estelares aunque esporádicas (una vez por mes: su aparición reemplaza la irrupción de otro proceso cíclico que, por estos meses, se toma vacaciones). Contra todos los pronósticos de acompañamiento, contención y confraternización, el obstetra es aquel sujeto que se pertrecha contra todas las idioteces que una mujer mamushka suele pronunciar, por ejemplo:
¿Puedo tomar mate con yuyos?*
¿Sigo haciendo actividad o me quedo sentada en casa?
¿Me puedo depilar con cera en zonas complicadas?
¿Me tiño con tono sobre tono o con tintura tradicional?
¿Compro pañales desde ahora, porque son muy caros?*
¿Me atiborro de suplementos vitamínicos desde ahora, por las dudas?*
¿Qué hago si comer las cosas de siempre me da asco?*
Estas preguntas, de por sí sumamente idiotas, son consideradas de tal modo sin ninguna piedad por el especialista, que se limita a informar: "son todos mitos". Le podés preguntar si hacer zancos puede ser riesgoso, hasta cuánto tiempo se puede hablar por celular para que las ondas no transformen al feto en un mutante, pero él va a recurrir a la mitología para refutar tus consultas. El único momento de verdad concreto, irrebatible, es el del peso: el valor de los números, en ese momento, disipa cualquier leyenda gestacional y te sume en la más profunda de las depresiones. Yo ya conozco mi cifra del Averno y todavía estoy intentando reponerme.

* Son las preguntas que efectivamente realicé. Las respuestas fueron:
"Claramente, sí. Esas son pavadas: también te podés depilar y teñir".
"Claramente, no. Esas son pavadas".
"Claramente, no. Comé mejor y trata de no engordar tanto a la vez".
"Claramente, comé otras cosas y esperá a que se te pase".