lunes, 31 de diciembre de 2007

Cliché

FELIZ 2008!
¡Que llegue con muchas sorpresas
(de las buenas)
y que haya mucho tiempo más
para insolarse con planes e ideas!


Besos,
INSOLADA

jueves, 27 de diciembre de 2007

Aventón

Gracias Laura.
Que todos tus proyectos se impulsen con viento de cola.

El saludo sólo sería algo extraño,
como esas formas de la originalidad que terminan raro,
como un postre extravagante
o como una salsa a la que le sobra algo,

si no fuera porque mi saludador y yo nos conocimos en el marco de una entrevista sobre la tragedia aérea de LAPA.

Si lo querés escribir a propósito, seguro que no te sale.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Capilar

—Mmmmh... ¿vos te cortaste el flequillo sola, no?

Ellos ya saben la respuesta, obvio. Y mi sinceridad al responder "sí" puede tener dos consecuencias: a) tijeretazos vengativos para que vea quién tiene la sartén por el mango; b) un dejo de desprecio de "ves, por eso no te va a quedar igual de lindo que antes, porque vos te lo arruinaste en el baño de tu casa". Por eso lo disfrazo con un cobarde "sí, la verdad es que no tenía nada que hacer y...".

¿Hasta qué punto los peluqueros quieren a sus clientes o, como los ciegos de Sábato, en realidad forman una conspiración basada en el resentimiento?
Mi cabellera quedó bien, pero siempre me queda esa duda: si, para ellos, soy una entidad absolutamente insoportable o un vaya y pase. De más está decir que, en el caso de los/as clientes/cabezas que quieren decir chistes y mostrarse pizpiretas en la silla giratoria de la entrega, la opción siempre debería ser la primera, porque los demás clientes/cabezas lo estamos pidiendo a gritos, aunque el ruido del secador nos quite volumen (auditivo).

sábado, 15 de diciembre de 2007

Falible

¡Maldita sea, falló!
Mi complot silencioso, individual y anónimo contra los lockers de supermercado chino ha fracasado.
Hace 2 meses tengo la llave del compartimiento N° 2 del megautoservicio de Magariños Cervantes donde guardé —burlona, yo— una botella de agua, medio llena, porque había regresado de gimnasia.
Como la llave creo haberla perdido en mi berenjenal de papeles y cosas inútiles, todos los días pasaba delante del locker 2 y observaba, triunfante, el secreto del que yo sola tenía la información certera.
Pero hoy me desengañé. Parece que tenían otra llave. El locker estaba abierto. Alguien se llevó la botella.
Encima, como si no me hubieran humillado bastante, me dieron un almanaque del 2008, hecho con un papel berreta y una imagen horrible, que ni siquiera tiene el aro en el borde superior para colgar... como si supieran que no existe ningún otro obsequio útil que odie más que los almanaques (aunque seguidos de cerca por los relojes, algo de lo que mi madre no se ha enterado aún, porque en cada mañana de Reyes me sigue reservando un maldito cuentatiempo).

viernes, 14 de diciembre de 2007

Aneurología

Por esas cuestiones de la vida que te hacen preguntar "¿por qué no llevo un nunchaku en la mochila?" me tocó presenciar una conversación entre un fotógrafo incipiente y una modelo ídem. Lo que transcribiré a continuación fue real y, por puro gusto, resaltaré todas las partes que me parezcan más pintorescas o dignas de violencia:

F: mmmh... ¿te vas a ir de vacaciones?
M: mmmmh... no sé, mis viejos me dijeron de ir al Sur, pero si no va mi hermana, no creo... Algunas amigas iban a la costa, pero no me llevo muy bien con ellas, así que para qué voy a ir...
F: ¿tenías algún lugar en particular?
M: no, nada, si se podía ir a la Costa, en la agencia van a Punta del Este pero no creo que yo vaya esta vez...
F: ¿y sola, no te da para ir?
M: ¿sola? ¡No! ¿Qué voy a hacer sola?
F: y bueno, mochila al hombro, y a ver qué pasa... ¿no te parece bueno?
M: mmmh, no, la verdad que no.

(Silencio, silencio, alguien que aguarda una pregunta que no llega y, finalmente, decide pasar por alto esa necesidad)

F: ves, en cambio yo sí ya tengo un lugar.
M: ¿sí? ¿Cuál?
F: Cabo Polonio
Laura interrumpe: ajá, qué bien, más cliché no podés ser... ¡Cabo Polonio! Lo más fashion de lo careta, o al revés.
F (me mira con cara de desagrado, de "no me interrumpas el chamuyo justo con alguien que no sabe qué es eso"): no... ¡qué va a ser fashion! ¡Nada que ver!
M: ¿qué es Cabo Polonio? No sé qué es...
F: Cabo Polonio es un lugar donde no hay luz.
M: ahhhh... (todavía no le encuentra el sentido al destino vacacional)
F: y es re-tranquilo... yo voy hace mucho tiempo, para desconectarme.
M: ahhhhh....

(Silencio, silencio, alguien que aguarda una pregunta que no llega y, finalmente, decide pasar por alto esa necesidad)

F: ¿qué hace una rata en una esquita?
M: espera un ratito... ¡no, un ratón!
F: bien, bien! Y cómo se suben cuatro elefantes en un Fitito?
M: dos adelante y dos atrás.
F: muy bien! Sos inteligente, eh?
M: y sí... eso que soy modelo! (risas)
F: muy bien, muy rápida, ¿y cómo te das cuenta de que los elefantes están en el cine?
M: mmmmh, ¡no sé!
F: ¡porque está el Fitito en la puerta del cine! (risas) Bueno, esa no la acertaste, pero un muy buen promedio, muy inteligente, eh?
M: ¿viste?

Aquí terminamos con una muestra decadente más de la cacería humana. Lo que es peor, ella se despidió sin siquiera darle el teléfono y yo sobrevivo como testigo de esa humillación urbana sin fecha de vencimiento.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Revancha

Cada vez que escucho "Tonight, tonight" de Smashing Pumpkins, me pregunto por qué no se lo robé sin ningún tipo de escrúpulo.
Me parece verlo: brillante, doble, original y en manos de la más estúpida del curso, que no sabía ni siquiera cómo se pronunciaba el nombre de la banda pero me mostraba el disco, divertida, diciéndome que el chico que la cortejaba (uno de los tantos, según su autoleyenda) se lo había regalado porque ella dijo "¡qué linda tapa!".
Mis raptos de violencia inusitada no se habían desarrollado aún en todo su esplendor y, tal vez por eso, porque no iba a querer ahorcarla, la profesora del secundario me había encomendado la horrible tarea de enseñarle lengua y contabilidad todas las malditas tardes, porque la idiota, haciendo "cocoyito"* en una excursión del colegio, se había quebrado la pierna en tres partes, cuando su amiga acerebral descendió abruptamente sobre esa estilizada extremidad y, flaca/modelo/diosa o como sea, su peso corporal alcanzó para desmenuzarle el fémur y la rodilla.
Mucho calor todos los días, muchos comentarios dignos de asesinato casi en todos los minutos de nuestro encuentro. Hubiera sido tan fácil: tomar las carpetas, acomodar el bolso, estirar un poco la mano... y Dawn to dusk conmigo. Pero no, porque en la adolescencia no sólo he sido buena con mi familia, sino también con los compañeros dignos del más placentero abandono.
Luego ella se fue a fracturar otras partes de su cuerpo a otra provincia de Argentina y yo, por suerte, me encontré con los discos en MP3 algunos años después, que me dieron una segunda oportunidad para tener ese disco doble pero, lamentablemente, sin el glamour que hubiera perdonado mi hurto.


* "Cocoyito" es una actividad pseudodeportiva sólo para livianos que consiste en lo siguiente: una persona con ganas de sufrir carga a otra que se sube a horcajadas sobre su espalda y se sostiene tomando el cuello de quien está de pie, como simulando ahorcarlo pero tratando que esto no suceda. En esa posición totalmente obsoleta cuando se hace entre adultos (llevar a un niño no sólo es más sencillo, sino a veces necesario), el colmo de la imbecilidad sería caminar con el otro a cuestas, pero que eso suceda es más común de lo que parece.

martes, 4 de diciembre de 2007

AntiFashion

¿Tener que cambiarme los anteojos de sol por los de aumento para detectar el colectivo que me quiero tomar, es una señal de que tengo que dejar el glamour para otro momento?
Les puedo asegurar que ese momento es uno de los más difíciles de todos los días en que me toca andar por la calle.

Curvas

El momento más difícil en la vida de un redactor:

Cuando el precio de la escritura de cualquier nota, más allá de la investigación que se necesite, es inferior al cachet de las modelos que utilizan en la misma editorial para que, durante 1 hora y media, muestren sus pompis a la cámara.

Estoy segura de que a ellas ya no les importa que se les diga "mujeres-objeto" ni que se las corra con epítetos tales como:

"ey, tus nalgas son las que valen esto"
"ey, al final no sos más que un par de cachetes posteriores"
"ey, no sólo hacés fotos sino que también les alegrás la tarde a los diseñadores",

así que les envío mis más sinceras felicitaciones, provenientes de lo más hondo de mi... alma.