lunes, 7 de mayo de 2012

Refugiado

Por las calles de Lanús, encontré un micro escolar que en el vidrio de atrás tenía una leyenda poco pedagógica: "La envidia es como el sida: se lleva en la sangre". Creí sinceramente que eso sería el núcleo de este breve post, pero no: pocas cuadras después, en Río de Janeiro y 25 de Mayo (para los entendidos), encontré a un señor igual a Fidel Castro. Con equipo de gimnasia proveniente de la marca imperialista y la barba canosa y larga, aunque un poco raleada. ¿Habré develado el misterio? ¿Podemos empezar a hablar de conversaciones y acuerdos secretos entre la Municipalidad de este partido del sur y los revolucionarios? ¿Justo en estos años en los que el PRO se empeña en gigantografiar muñecos de dudosa procedencia política y exhibirlos por las avenidas de mi República? Todo puede suceder en esas calles, ya lo dije.