miércoles, 6 de enero de 2010

Así

Cuando salió la noticia de la muerte de Sandro, lo primero que pensé es todo lo que hubiera llorado mi abuela Virginia. Creo que lo mismo me va a pasar con Mirtha Legrand, Susana Giménez, Gerardo Sofovich, Silvia Süller y Jacobo Winograd (bueno, cada uno tiene la tradición cultural que puede, no se hagan los caretas).
Pero luego de estas evocaciones, por suerte mi concubinovio me extrae de las melancolías que me regala la tevé:

Lucho: uy, mirá, en la puerta de la clínica hay un cartel que dice "Ídolo, feliz 2010". No fue muy feliz, por lo que se puede ver.
Yo: claro, la fan se jugó demasiado. Lo raro es que todavía deje pegada la cartulina. Yo la hubiese sacado y me la estaría comiendo ahora mismo.
Lucho: ¿cuánto tiempo va a pasar antes de que aparezca el primer milagro obrado por Sandro?
Yo: ahora mismo está sucediendo. Alguien se salva mientras Sandro se muere, así funcionan las cosas. ¿O vos me querés decir cuánto tiempo va a pasar antes de que se difunda?
Lucho: no, pienso que ahora van a aparecer las curaciones milagrosas y todo eso. Como Gilda.

(Cuando nombramos a Gilda, ambos nos ponemos de pie. Luego, continuamos con la charla.)

Yo: en realidad, lo que me pregunto es cuánto tiempo va a pasar hasta que aparezca la viuda de Anderle, reclamando lo que dice que Sandro le quitó.
Lucho: ah, la viuda de Anderle. Porque Anderle lo va a cagar a palos.
Yo: sí, lo está esperando desde hace décadas para surtirlo. ¡Qué lindo encuentro!

Igual, yo estoy del lado de Sandro. Un churrazo.

No hay comentarios: