lunes, 4 de enero de 2010

Observación

Y si hay algo que tengo que hacer en el 2010 es analizar cómo formulo mis quejas más estúpidas.
Simples reclamos, que tienen que ver con el pedido de cuidado, con diferencias de estilos o con netos caprichos.
Porque cada vez que sugiero algo del modo en que se reclama —esto es, de un modo poco constructivo pero no todo el tiempo se puede ser polite, qué feo ese término—, parece que el mundo se desmorona y lo que dije siempre fue terrible, inusitado, inexplicable, injusto y boicoteador. Claro, después la bola se agiganta y ya no me enojo por el origen del problema —que, en sí, era bastante idiota—, sino por las contestaciones. En fin, tendré que hacer algún curso para emitir mis observaciones quejosas del mismo modo en que lo hacen los demás, que a cambio se ganan un "está bien, tenés razón" o un "uf, no seas pesado/a, después arreglamos". Y nada más.
Mientras, como no puedo hacer demasiado al respecto, pongo Boys don't cry en la PC , que es un cliché pero me levanta el ánimo, y muevo la cabeza mientras escribo. Lástima que es un tema corto, así que este post finaliza bastante después de los últimos acordes.

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