miércoles, 20 de agosto de 2008

Titanic

Hacía mucho que no me quedaba a dormir en Lanús, casa de mis padres, y muchísimo más que no iba al hipermercado que queda lejos, pero en el que puedo conseguir algo de ropa gimnástica a buen precio y en forma expedita.
Al regresar —harta de que las cajas rápidas estén llenas de personas que por una baguette y una lata de arvejas pagan con tarjeta y anulan la ventaja del "15 unidades máximo"—, subí a un colectivo catraminoso, de ésos que, por no exponerse mucho en la Estación, siguen deteriorados y enclenques como siempre.
Obtuve mi boleto y hui al fondo del vehículo; parada, me detuve en el lugar menos indicado: frente a una compañera de secundaria. En ocasiones anteriores —que he comentado en este blog— resolví no saludar y hundirme en un libro, pero hoy estaba de pie, no tenía lectura a mano y, si era por hacer lo que no se hace nunca, mejor darse por aludida y conversar inútilmente.

—Carla, ¿cómo estás?
—Ah, hola, ¿cómo estás?

(UY, ESTÁ TAN AGRIA COMO SIEMPRE. ESTO VA A SER COMPLICADO)

L —Bien, tenés cara de sueño.
C —Sí, es que vengo de la guardia.
L —Ah, ¿guardia médica?
C —Veterinaria.
L —Ah, ¿seguiste Veterinaria?
C —No, me falta todavía y termino el año que viene.

(LA AUSENCIA DE PREGUNTAS DE SU PARTE ME INDICA EL FIN DE LA CHARLA. MEJOR ASÍ)

No obstante, Carla me sigue mirando, esperando que siga yo solita con este bodrio.

L —Ehhhh, ¿ves a alguien? ¿A alguna de las chicas?
C —No, a Pablo nomás. ¿Vos?
L —No, a nadie.
C —Terrible nuestra desconexión.
L —Sí, la verdad que sí.

(POR FAVOR, ¿DÓNDE SE BAJA ESTA CHICA? ¿QUIÉN ME MANDA A INNOVAR EN MI INCOMUNICACIÓN CON LOS RESUCITADOS DE LA ADOLESCENCIA? VAYAMOS AL GRANO)

L —¿Vas hasta muy lejos?
C —No, hasta unas cuadras más.
L —Ah, bien, seguís en la casa de tus viejos.
C —Sí.

(NECESITO QUE SE VAYA AHORA O QUE MIRE POR LA VENTANILLA. SI NO, PREGUNTARÉ UNA IMBECILIDAD DE LA QUE ME ARREPENTIRÉ PARA SIEMPRE)

Carla parece muy cómoda con mi sensación de infierno.

Carla parece seguir cómoda con mi sensación de infierno.

Al final, me rindo:

L —Eh, y con el tema de la veterinaria, ¿te dan pena los animales cuando se van a atender?

¿te dan pena los animales cuando se van a atender?
¿te dan pena los animales cuando se van a atender?
¿te dan pena los animales cuando se van a atender?

Una idiotez con la que Carla se quedará para contarle a todos los ex-5to. C que encuentre en su camino —ella sigue en Lanús y yo me fui: obviamente tiene ventaja. Parece disfrutarlo: es la única respuesta larga que me da, mientras se pone de pie, se ajusta la mochila y se prepara para bajar. Luego me suelta un "me alegro de verte" y yo, furiosa, digo "bueno, listo, chau! Yo también".

No hay que saludar a los ex-compañeros de secundaria. Si nunca admitieron odiarte, no lo harán ahora, pero jugarán su última carta para verte caer.
Todo por una maldita calza de gym.

5 comentarios:

Fasmid dijo...

Que te haya quedado bien la calza, por lo menos. A entrenar. Con unas flexiones más de cinismo podemos llegar a librarnos de esto...

Me gusta esta tu casa.

Andre dijo...

jajajajajajjaja!!!
totalmente, dígale no al habla de compromiso y más con gente q nunca nos interesó... para qué? Me quere´s decir, eh?
Sin embargo, te entiendo ... yo tampoco soporto esos "silencios" incómodos ... aunq sepa que el habla puede resultar aún más incómoda ... será un costado masoquista el nuestro?

Cameron West dijo...

en vez de la calza de gym una mordaza de lycra hubiera sido buena jajaja

Anónimo dijo...

jjajaj
qué horrible!!!

cambio de tema rotundamente: cameron, esa foto es de arnold schwarzeneger? o sos vos? perdón si ofendo, pero es arnold!!

Junior dijo...

...por todo lo comentado es que a la casa de mis padres la manejo a control remoto y voy... de vez en cuando.Éste tipo de aventuras con exs compañeros del secundario con los que te encontrás en su lugar de origen siempre me resultaron una experiencia kafkiana.
De tu nostálgico recorrido me alegro porque siempre está esa ropa de gimnasia, en su lugar, esperándote.
Desopilante, éste blog tiene que terminar en libro!

Grande Laura!

Junior