El ser inocente hasta que se demuestre lo contrario se revirtió violentamente, y me transformé en una culpable permanente hasta que las pruebas me beneficiaran.
Aunque no tenía nada de culpa, el trabajo de reconciliación fue arduo y siempre incompleto, como sucede en todas las relaciones amorosas.
Eso me hizo doler la cabeza y me dio sueño. Además, me rapiñó el humor para relatar el episodio.
Había pensado en otros temas para escribir, pero el cansancio sólo me deja espacio para la catarsis bloggera.
Y para dejar una foto amable, con la que puedo establecer una correspondencia circunstancial de sentido.
2 comentarios:
pato criollo o una gansada?
que anden bien los dos!
Una gansa...
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