jueves, 21 de julio de 2011

Tirones

—¿Vos tenés marido, pareja, así?
—Eh, sí.
—¿Y no te dice nada de que te quedás así?

La herencia expansionista de Napoleón se transmitió, extrañamente, a las depiladoras del mundo contemporáneo. No me cabe ninguna duda. Detrás de la deforestación de glúteos, la tira de cola, los aledaños del ombligo, la barrida de antebrazos y la devastación de la zona del huesito dulce, hay algo más que una evasión del vello. Una clara intención política se encubre cuando la depiladora te sugiere que avances más y más con el uso de la cera, y de ahí el uso de estrategias más o menos sucias: qué te dice tu pareja, qué tamaño de malla utilizás, cuáles serán las razones de tu pilosidad en regiones que consideran inusitadas, promesas de que no te volvés un mono si permitís que ellas ensayen sus planes colonizadores en partes de tu cuerpo que estaban a salvo de esta maldita práctica. Esta clara propuesta de dejar sólo pelo en el cuero cabelludo —lo de las cejas, lo charlamos— se intensifica durante el embarazo, cuando una agente del Mal te anuncia: "¿Ah, vos te vas a quedar así? Porque mirá que en el parto te rasuran toda-toda, eh? Después quedás pinchando desde el cuello al dedo gordo". Del marido controlador al médico con podadora, cualquier argumento es válido para que ellas, autoras de patrañas, sigan persuadiendo a las mujeres con sus oscuros y calientes planes, en cada cuartucho pequeño, entalcado, y con un ventilador de los 80. Chicas, no se dejen.

3 comentarios:

Adrimosar dijo...

De todo hay que hacer en esta vida para ganarse el pan... es todo un arte el de la depilación!

Levi dijo...

Estoy a favor de la depilación integra. Qué tanto joder. La tira de cola no duele tanto como el cavado. Y por amor a mi, hoy fui mujer y deje de ser peluche.

Fasmid dijo...

Quedaré como un vulgar ochentoso, pero los peluches no eran malos. Se los extraña. Mucha playstation, mucha NONO...si hasta la Epilady pasó a mejor vida. Perra vida.
More Hair, No Pain.