Juro que me había preparado una gelatina light de melón y kiwi, para el momento en el que mi glotonería pidiera algo dulce. Pero esperé el postre hasta último momento y, como todavía estaba acuoso e inapropiadamente bailarín, agarré las chocolinas que están en una lata hace 2 semanas y unté a un par de elegidas con dulce de leche casero. Lo que se dice, un cambio polémico.
3 comentarios:
Pero mucho más rico!!
eh!...nunca imaginé que la sicología de alguien que come chocolinas con dulce de leche conviviera en la misma cabeza de alguien que se prepara una gelatina light!
lo que me haces reir con tus entradas no te lo puedo explicar!!!!..esta y la de los lentes me van a hacer reir unos cuantos diassss
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