Mi psicóloga me dijo que era hora de reconocer que era una persona que podía tener errores.
Y puse manos a la obra.
Ahora, casi nada de lo que hago me parece, a simple vista, tan grave; es como si quisiera actuar a cuenta de todas las veces en las que fui hiperexigente con el mundo todo. Así, el problema mutó: no es que quiera parecer perfecta, sino que creo que puedo sacar soluciones de la manga para todas las veces en que decido equivocarme a mucha honra, y me obligo a ello.
Ejercitarme en una supuesta perfección para subsanar la imperfección; pavada de enrosque.
3 comentarios:
por lo menos tienes la valentía (y la decencia) de reconocerlo... andamos en las mismas, ejercitando!
no, estas equivocada
Me tapó mucho mucho el agua: Tuve que leer el post unas 5 veces para entenderlo. Estoy cada día mas boluda... Por favor te pido, que mi proceso de estupidización y el tuyo de complejización no nos arrastre a hablar sin entendernos, amiga! jajaja
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