domingo, 21 de septiembre de 2008

Distracción

En cuanto me di cuenta de lo ricos que son los medallones de menta con chocolate Águila, me deprimí.
Ésas son las golosinas que le gustan a uno/a cuando se hace grande.
En mi verdadera infancia, cuando un desprevenido osaba regalar esos dulces ásperos, me molestaba mucho:
¿desde cuándo el dulce de leche no era de la partida?
Ustedes dirán:
"En ese momento hundías la cabeza en el arroz con leche que solía estar debajo de tu almohada".
Yo contesto:
"Lamentablemente, no".
Las ocasiones en las que berreé por un medallón mal direccionado eran más frecuentes que aquellas en las que me desafiaba a mis lóbulos temporales colisionando con la olla floreada de mi madre.

¿Me comí el medallón o no?
No.
En cuanto estaba llegando a la mitad, sonó el timbre, me trajeron brownies y volví a mi esencia.

3 comentarios:

Andre dijo...

Esa es la Insoleta que tods queremos! Dígale sí (magui dixit) al chocolate y el d d leche....
Y a mi me pasó algo parecido cuando vi parte de los Premios MTV y no conocía a nadie!!! (Señal de q estoy vieja, pensé)

Beso!

Anónimo dijo...

No comparto contigo que te estes haciendo vieja esos son aromas que nadie puede negar la menta chocolate el dulce de leche saludos amigas

Fasmid dijo...

Me perdí. No paso de una Tita.