viernes, 25 de abril de 2008

Maremagnum

Villa Gesell es una ciudad fantasma en esta época del año.

Suelo engolosinarme con la idea de que, con una buena ganzúa, podría hacerme un café en todos y cada uno de los bares cerradísimos de este lugar, pero lo cierto es que nos costó un montón encontrar un lugar que nos diera un maldito sandwich de milanesa y el último colectivo, el de las 00:20, se nos escapó cuando nos faltaba una cuadra para llegar a la parada.
Nos quedan 30 cuadras para llegar al departamento.
No hay taxis ni remises a la vista.

Pero, la verdad, está buenísimo.

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