Cosas que aprendí en los 10 días de convivencia con los albañiles:
- De esta rama de trabajadores, los hay de (por lo menos) tres clases:
1. los que almuerzan "en obra" (se compran unas empanadas y listo);
2. los que van a almorzar a sus hogares y regresan a media tarde —con lo que se quedan hasta más tarde en TU casa—;
3. y los que, inusitadamente, almuerzan en obra y deciden dormir una siesta antes de comenzar la segunda parte de la jornada.
Los albañiles que trabajan en casa son muy ubicados y pertenecen a la categoría número 2, pero existen casos relacionados con la 3.
- Es inútil intentar parecer despabilado: ellos saben que te levantaste de un salto y te cambiaste en el intervalo medido entre el "¿quién es" al portero eléctrico y la apertura de la puerta de calle.
- A pesar de que una escuche con más atención lo que el albañil dice, el hombre de la casa siempre querrá hacer ostentación de un saber que pretenden instintivo del sexo masculino; de este modo, las preguntas de la mujer siempre parecerán obvias (pero no hay que dejarse engañar).
- El alto nivel de estrés que genera esta verdadera campaña logra, por ejemplo:
1. Un furibundo deseo de huir para siempre, donde haya iglúes o pirámides antíquisimas en alquiler;
2. Resaltar de amarillo fosforescente las rispideces de las relaciones humanas dentro y fuera de la obra en construcción;
3. Renovar el llamado a la ex-psicóloga, de la que una se escapó cobardemente "por cuestiones de falta de tiempo" hace casi un año.
De acuerdo con esto, podemos establecer que albañiles, psicólogos, terapeutas familiares y de pareja, bares de bebidas alcohólicas y dealers de psicotrópicos relajantes podrían trabajar en conjunto, formando una verdadera red de causas y consecuencias para que los potentes mazazos a la condición mental sean cuidadosamente revocados con el material más adecuado, según cada caso, con la correspondiente reposición de membrana (si corresponde). Si no creen esto, tan sólo vengan a casa para tomar mate conmigo .
1 comentario:
o conmigo!
o nos turnamos!
es el mismísimo infierno.
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