Partidaria de la convivencia sin casamiento.
Defensora de la autonomía económica femenina.
Atenta a los discursos machistas ocultos en las palabras del más progresista.
Furiosa con los concursos de belleza, que destilan sexismo y olor a viejo.
Propulsora de la maternidad post-30.
Un conjunto de características y objetivos que se esfumó de repente, tan pronto como una compañera de secundaria subió al colectivo y yo, sin pretender saludarla (no tenía mucho para decirle), miré instintivamente su anular izquierdo, sólo para ver si se había casado.
¿Qué extraño chip de anticuario seguiremos teniendo las mujeres?
Y no la saludé en todo el viaje que compartimos. Pero ella tampoco y, tal vez, me había reconocido tanto como yo a ella. Nadie puede mirar con tanto interés, por la ventanilla, las calles que recorre el 112.
1 comentario:
Mmmmm, a quién viste en el 112? eh? La conozco? Me da curiosidad!!!! Y finalmente había anillo o no, eh?
Me parece muy bien que mires por la ventanilla sino te interesa hablar con alguien, uuna y su mirada pueden pasarla mucho mejor que forzando una charla que no debería haber existido.
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