martes, 24 de noviembre de 2009

Atrincherada

Reina: por favor, no le des de comer a la gata. La echa a la Negra, que ya no quiere salir a la terraza, y Gaturro entró y nos cagó el cantero. ¡Esto es una invasión!

Hace una semana, una gata chiquita, negra y peluda llegó hambrienta a mi terraza. Parece que los felinos huelen mi hospitalidad y yo, desprevenida, nunca puedo negarme. Así que le compré otro alimento balanceado, distinto del que nutre a la Negra (para que no se lo coma ella), y todos los días le dejé un montón en el piso de la terraza.
Nada podría haber sido menos indicado.
Vino su novio Gaturro, que es el gato machucado y siempreencelo de mi vecino —el que tiene un hijo que estaciona la moto en el pasillo de mi ph—, y también se anotó para la comida diaria. Cuando me retrasaba un poquito, él decidía irme a buscar directamente al interior de mi casa, mientras ella maullaba con un sonido terrorífico a través de la ventana. La Negra, poco a poco, desestimó salir a la terraza y los mira a ambos desde lejos. Ahora, llegué a casa y todo huele a pis de gato (colonización biológica) y ella, la gatita negra, grita y grita cada vez que escucha mi voz. Para que vean el nivel de mi desolación, transcribo lo que ahora mismo estoy conversando con mi amiga Magui.

(Laura) insolada.blogspot.com dice:
mag! la gata negra a la que le empecé a dar de comer está llorando en la terraza
lucho me dijo expresamente que no la alimente porque hacen desastre
tengo la casa llena de olor a pis de gato, la gata llorando y yo en silencio para que no me escuche
creo que voy a enloquecer
M@G... dice:
jajajajajajajaja
si, es enloquecedor
(Laura) insolada.blogspot.com dice:
me da mucha pena
M@G... dice:
por qué no probás con darle de comer en otro lado? como en la vereda?
llevarla hasta ahí un par de dias
(Laura) insolada.blogspot.com dice:
porque no la puedo sacar de la terraza
M@G... dice:
¿pero si la vas llamando y llevando no se puede?
(Laura) insolada.blogspot.com dice:
voy a intentarlo
pero eso significa que la dejo en la calle
M@G... dice:
por ahí se acostumbra a comer en la vereda
y vuelve ahi para comer
aunque sea unos dias hacé eso, como para que cambie la costumbre
(Laura) insolada.blogspot.com dice:
sí, lo voy a hacer ahora
M@G... dice:
ok, contame cuál fue el resultado
(...)
(Laura) insolada.blogspot.com dice:
volví

no estaba
sólo el molesto gato del vecino
que tiene casa
M@G... dice:
ja! entonces mejor todavía
(Laura) insolada.blogspot.com dice:
si viene mañana, la saco a la calle
voy a resistir



Ya llamé dos veces a mi concubinovio para decirle que mi situación es harto difícil, porque no puedo resistir que alguien tenga hambre cerca de mí y que me lo manifieste de ese modo. Él me contestó que no es "alguien" sino "un animal", y que si le vuelvo a dar de comer va a tener que tratarme como una borracha que no aguanta la tentación de la botella.
En fin, si alguien quiere una gata negra, pequeña y asustada, harán la mejor obra de su vida. Si no, calculo que dedicaré un par de sesiones de terapia para superar esta tendencia irrefrenable de proveer y salvar animales por doquier. Mientras tanto, sigo en silencio, calculando que el tipear del teclado sea lo bastante anodino como para que ella no sepa que yo estoy acá todavía. ¡Ssshhh!

No hay comentarios: