domingo, 26 de abril de 2009

Confesionario

En fines de semana como éstos, en los que mi performance nocturna me hace desmerecer mi pretendida permanencia en la década del 20, tiendo a acordarme de personas que, los viernes y los sábados a la noche, suelen tener una vida más triste que yo.
Y me acordé de la farmacéutica de noche que atiende en la Santa Ana, imperio del genérico que está abierto las 24 hs. en J. B. Justo y Nazca (Flores).
Su cualidad de "siemprelista" se paga con una cuota de sadismo que nadie elude y que se acrecienta con la privacidad implicada en el medicamento solicitado, sobre todo porque la especialista en cuestión hace preguntas profesionales a los gritos, desde las estanterías del emporio que están a unos 8 m. de la ventanita de atención. Si no se entiende bien lo que escribo, hagamos una serie de suposiciones:

1. Joven apresurado en busca de profilácticos, que dice bajito porque al lado está su cita:
—Sí, por favor, una caja de preservativos.
(la señora sale hacia la despensa y desde allí se acuerda de consultar)
¿Prime, Camaleón o Tulipán?
¿Texturados o con tachas? ¿Con gusto a frutilla o de banana?
¿Caja grande o chica?
Mirá que salieron unos extralarge, ¿esos no te convienen, no?

2. Adolescente con ojos enrojecidos que pide un colirio o algo contra la irritación:
—Hola, sí, ¿tenés algo para que los ojos no me ardan?
(la señora sale hacia la despensa y desde allí se acuerda de consultar)
¿Fumaste marihuana o es porque estuviste mirando mucho porno?
El Poringa te arruina los ojos, ¿vos estuviste mucho tiempo frente al monitor?
Mirá que esto no se puede combinar con alcohol ni con drogas, ¿eh?

3. Mujer afligida que busca producto para prurito de "ahí"
—Sí, estaba buscando la crema blablabla, por favor.
(la señora sale hacia la despensa y desde allí se acuerda de consultar)
¿Pero eso es por irritación vaginal o por alguna urticaria genital, no?
¿Hace mucho que lo tenés? Porque puede ser alguna otra cosa más grave.
¿Te lo vas a aplicar por fuera o por dentro?
Mirá que si es por dentro te tengo que dar otra cosa, ¿eh? Esto no es para introducir porque hace peor.

Esta misma situación se repite con el producto incómodo que se les ocurra: pañales para adultos, pegamento para dentadura postiza, pomadas contra los hongos, viagra, píldora del día después, antihemorroidales, supositorios y enemas.
La salud es mucho más cara de lo que pensamos. Que alguien la detenga.

5 comentarios:

Adrimosar dijo...

jajaja... que bueno! de esas hay muchas!

Poly Bernatene dijo...

Jaja!Parece un personaje salido de Gasalla, buenísimo!

Martina dijo...

UF:(...si esa mujer sigue haciendo esas cosas es porque nadie todavía no le dijo nada...gracias por decir a donde queda la farmachia:)

Jerry dijo...

Estoy esperando que cuentes con qué te puso incómoda a vos.

MaGui (Sí, sí... la misma) dijo...

A mi me preocupa mas, la cantidad de horasque has estado en la farmacia amiga, para compilar tan numerosos diálogos. Has estado desalojada de tu hogar, y te armaste la carpita en la farmacia de la señora hiperendemasía explícita?