Luego de transcurridos cuatro días en el nuevo barrio, resolví que era hora de hacer una entrada para el blog desde un locutorio, porque el revival de buscar locales de internet por las calles es una constante de las mudanzas. En estos días de transición, hasta que llegue la conexión hogareña, es cuando una se da cuenta cuan dependiente se hizo de varias cosas intrascendentes.
En estas 96 horas de estadía encontré:
- Muchos, pero muchos, negocios que venden inodoros como si fueran piezas de colección, exhibidos en vitrinas gigantes y observados por potenciales compradores que se colocan en posición de ángulo agudo, con la cabeza casi inmersa en la taza sanitaria y sus glúteos en alto, orondos y contentos, de frente a la vidriera. Los comerciantes, que saben, eligen una posición mucho más elegante: se sientan en la bañera o en el bidet que acompaña el juego. Por lo tanto, con sólo un vistazo se puede deducir quién busca y quién ofrece.
- Un gimnasio cercano cuya clase de gimnasia más publicitada se anuncia con una foto en la que salen varios alumnos lidiando con sendos steps. Si contamos sólo las personas que entran en el cuadro fotográfico, suman la edad de la Tierra. Ergo: no me queda otra que inscribirme en el maldito abono con aparatos. Me encanta que todos hagamos gimnasia, pero a este paso no voy a poder bajar nunca los kilos que gano sobre la base de harinas varias, mi perdición alimentaria.
- Un locutorio con internet en el que, apenas entré a la carpeta "Archivos recibidos" para guardar mi archivo, encontré varias fotos de muchachos lookeados como si estuvieran en el Harlem y señalando a cámara como los galanes jóvenes de la cumbia. Al final de esa sesión, una chica en topless, posando para una foto casera. Supongo que una involuntaria exposición de este estilo le habrá pasado a la protagonista de High School Musical, pero con las salvedades que impone estar, en este caso, 8 cuadras al sur de Avenida Rivadavia. En el caso de esta chica, quién sabe, tal vez la encuentre el sátiro que busca modelos para desfiles de TV y nosequemás (sí... el inmortal Hugo Campos). En fin, cuidado con lo que dejan en las carpetas de locales de Internet: me parece que es mentira que borran todo en cuanto suspenden la conexión del cliente.
1 comentario:
Cinco días después de que hayas escrito este post estoy sentado en el cyber que decís y... no, no borran las carpetas de archivos recibidos todos los días.
Pobre muchacha... lo que dirá el barrio.
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