martes, 27 de noviembre de 2007

Rebaño

Yo soy el mejor vendedor del mundo.

Dirija a las personas, no al trabajo.

El monje qúe tenía un Mercedes Benz (o algo así)

Fracasos exitosos.

Cada vez me da un poco más de miedo lo que lee la gente en el colectivo.
Sobre todo, porque yo sé cómo se hacen esos libros.
Y, además, porque estoy convencida de que los peores son esos: los empleados de rango subterráneo que esperan, sin desanimarse —y leyendo esas bazofias—, el momento en que, como señal de pertenencia, su jefe les regale la posibilidad de no marcar tarjeta de entrada todos los malditos días a las 8,30 (en verdad, porque ya se han dado cuenta de que llegan temprano solitos: no hace falta gastar el sensor para ellos).

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