¡Qué feos son los "días después"!
No saber qué le pasa al otro, qué parte de todo lo que dijo era verdad, y qué parte era producto del enojo. En realidad, no importa el porcentaje sino, específicamente, QUÉ era verdad, y QUÉ era sólo afrenta.
Odio la rareza de los "días después".
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