lunes, 10 de septiembre de 2007

Incasualidad

Ayer, una foto subida en forma espontánea a mi blog.
Ayer, una paloma estrellada al pie de la parada del colectivo.
Ayer, un miedo repentino a haber hecho, por anticipado, un recordatorio doloroso.

Hoy, sentirme mal todo el tiempo.
Hoy, andar a un 40% de mi energía habitual, con la cabeza hecha un bombo.
Hoy, enterarme a la tarde de que Gritón (aunque su nombre era Pompón) había muerto bajo la rueda de un auto.

La gata negra se acuesta en cualquier lado.
Yo tiro una porción de hígado que tenía un destinatario.
Una amiga me dijo, cuando alguna vez lloré por algo parecido, que también los gatos se iban al cielo. Espero que allí le hayan preparado un banquete a Gritón.

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