lunes, 28 de marzo de 2011

Erratas

Ya me compré el caniche y lo teñí de rojo. El "Rosa" del afiche homenajístico refería a "José María Rosa" y no a "Rosa Luxemburgo". La autocrítica es lo primero.

martes, 22 de marzo de 2011

Mix

Mirando las calles por la ventanilla del colectivo, llegó una vez más el afiche del Homenaje al pensamiento y al compromiso nacional, cuya imagen distintiva ofrece un cerebro que, si fuera de verdad e incluyera todas las perspectivas y las ideas de los apellidos que están escritos allí, debería ser el de un huésped de neuropsiquiátrico. Esta observando la combinación ecléctica y sin demasiada autocrítica de la selección de notables, cuando reparé en la tríada "Rosa*-Perón-Chávez". Mientras rebuscaba en mi mochila para ver si tenía algún medicamento contra el pánico, escuché que la señora de atrás también había prestado atención a esa región cerebral:

—Si serán brutos, che, ponen "Rosas" sin s.

Y después pensé que no estaba TAN errada, mal que nos pese.


* Luxemburgo.

martes, 15 de marzo de 2011

Hechizo

En la vida cotidiana, siempre hay un momento Cenicienta, pero perteneciente a la parte en que la carroza se transforma en calabaza y la cartera Prüne se vuelve una bolsa del Eki descuento. Ese momento en el que descendés del glamour, de la modernidad, de la coquetería o del divismo para hundirte en el fango que contradice y anula cualquier intento orientado hacia esos objetivos. Ayer, me pasó: me levanté a las 8am, desayuné bien, me vestí deportiva y fui a hacer gimnasia a las 9,30am.
9,30am.
Sí.
Volví convencida de que el mundo era completamente mío: no podía ser de otra manera, si había terminado la serie de abdominales sin largarme a llorar a los gritos. Llegué a casa y ni siquiera tenía ganas de cambiarme la ropa: activa, ágil, todavía era temprano y yo había hecho miles de cosas. Pero entonces, llegó la medianoche aunque eran las 11 de la mañana: agarré una botella de lavandina para echar un chorrito en una mancha del piso de dudosa procedencia. Mi jogging negro quedó decorado con pintitas blancas que demuestran mi amadecasidad a flor de piel. Y claramente volví a calzar 40 —lo que implicaría utilizar toda una fábrica de cristal para hacerme un par de sandalias— y a decirme "no, lela, si no te querés cambiar la ropa no es que estés gimnástica, sino que sos una naba".

lunes, 14 de marzo de 2011

Lectormento

Ocurre pocas veces en el año. Y justo tocó hoy, día en el que empecé con todas las obligaciones tediosas a la vez. Parada en el subte, con un olor nauseabundo circundante, la vi: estaba contenta, entusiasmada diría. Le faltaba poco. Yo me di cuenta y esperé que prosiguiera el curso que las letras le estaban dando. La verdad, tardó un poco más de lo pensado, sobre todo teniendo en cuenta el tipo de actividad. Pero, al final, lo logró:

UNA PERSONA TERMINÓ UNO DE LOS MALDITOS LIBROS INFINITOS E INNECESARIOS DE DAN BROWN*

y se quedó leyendo la contratapa para ver si ahí estaba la gracia o el truco que permitió el robo literario. Todavía sucede.

* "Autor" de los insufribles volúmenes que tienen 400 páginas y su historia se solucionaría todo lo bien que se pueda (o pudiera) en 80. Entre estos casos, se cuentan El Código Da Vinci y El símbolo perdido, que es el que estaba leyendo la protagonista de este post.

martes, 1 de marzo de 2011

Casi

Ese instante en el que la solidaridad te exuda por los poros. En la que creés que vas a demostrarle a la Humanidad —o a la porción con la que te encontrás en ese momento— cómo es que se hacen las cosas. Claramente, todos van a recordar tu acción y dirán "sí, a partir de mañana comenzaré a vivir la mitad de mi suerte" pero con otra actitud ante la vida. Cuando los culpables y los evasivos no tendrán dónde escaparse. El instante en el que los que son valerosos como vos te miran diciendo "vos jugás en nuestra vereda", y el objeto de tu arrojo se emociona hasta las lágrimas y decide ponerle tu nombre a su próximo perro —si es que te lo pregunta. ¿Saldrás en la televisión, te harán una nota en el diario? Qué pena que no es 31 de diciembre a la noche, porque podría ser el último acto heroico del año, ése que le enseñe a los demás cómo comportarse en los siguientes 12 meses. ¿Vendrán los primeros mandatarios a saludarte, o la gente te llevará en andas hasta la puerta de tu casa y, en mitad del camino, pararán para comprarte cerveza negra?

No.

Porque también, y principalmente, es ese instante en el que la solidaridad te da una puñalada por la espalda. Por eso, quiero avisar que

CADA TRES MESES, NOS TOCA EQUIVOCARNOS Y PEDIR EN VOZ ALTA UN ASIENTO PARA UNA MUJER QUE NO ESTÁ EMBARAZADA.

Yo ya utilicé mi crédito. Confundí hinchazón con embarazo en un 99 repleto.
Hasta junio, no me preocupo más.